Yoga & meditación

YOGA

El yoga no se enfoca solamente en lograr movimientos o asanas. La clave está en aprender a conectar con nuestro cuerpo físico, y comprender los movimientos dirigidos desde el cuerpo hacia lo más profundos de nuestro ser. Se trata de aprender a habitar en tiempo presente y conectados con nuestro interior.

Nuestro cuerpo interno es la sede de las respuestas que buscamos, en ella habita la fuente de nuestra esencia que se cifra como información. Y el yoga es un camino para acceder a dicha información logrando una comunión entre el cuerpo físico y nuestra esencia espiritual, caudal de nuestra energía vital.

 La práctica nos permite, entonces, poseer una llave que nos adentra y reencuentra con nuestra verdad esencial. En este sentido, es la vía o el camino hacia nuestro poder interior.

El yoga, a partir de los movimientos corporales, nos permite hacer consciente la respiración, la respiración nos conduce, de este modo, a la meditación. La meditación hace lo propio con el silencio y desde éste se produce la conexión con el vacío fecundo de nuestro Ser interior.

 Las posturas, conocidas como asanas, activan y potencian el funcionamiento del organismo, equilibrando el sistema nervioso autónomo, menguando el ánimo perturbador y armonizando las funciones y energías que regulan el equilibrio del sistema psicosomático.

Limitaciones y restricciones:

Las asanas pueden ser realizadas por cualquier persona, ya que no producen ningún efecto de los denominados estresantes para el corazón. Representan una práctica idónea para personas mayores, y son sumamente recomendables para niños y adolescentes en procesos de conexión del cuerpo con la imagen interior. Su práctica estimula movimientos que favorecen un equilibrio de los campos mental y emocional.

Nuestro cuerpo interno es la sede de las respuestas que buscamos, en ella habita la fuente de nuestra esencia que se cifra como información. Y el yoga es un camino para acceder a dicha información logrando una comunión entre el cuerpo físico y nuestra esencia espiritual, caudal de nuestra energía vital.

Meditación

Meditando aprendemos a meditar, este proceso nos guía hacia la observación interior.

“El silencio es un espacio vacío, ese espacio es el hogar de la mente despierta”

La meditación consiste en ejercitar la atención mental y el cultivar una mente apacible, a fin de potenciar todos sus recursos, aprender a encauzar positivamente el pensamiento, detener la prisa de la actividad del pensar, purificando el inconsciente, entendido como la mente profunda, para mejorar la calidad de vida psíquica y la afectiva y adquirir paz y equilibrio, superar la ansiedad y regular el estrés.

La práctica asidua es la clave del éxito. Aunque al comienzo pueda parecernos frustrante, la práctica es el camino.

Aquello que muchas veces hemos escuchado como mente en blanco, no existe, se trata de un concepto que indica que los pensamientos pasan a un segundo plano, permitiendo la conexión interna. Los pensamientos se van sucediendo, unos a otros, y nuestra contemplación radica en dejarlos pasar, sin detenernos en ellos, quitándoles nuestra atención.

La práctica meditativa requiere constancia, si no es posible hacerlo todos los días, al menos se recomienda hacerlo dos veces a la semana.

Debes estar Consciente solo del momento presente, mantenemos la presencia física observando nuestra postura. La presencia mental, observando el estado natural de la mente.

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