El Espíritu del Agua
El Agua es un elemento fundamental en nuestra vida, incluso antes de nuestro nacimiento, vivimos en ella durante 9 meses.
Durante la gestación, nuestro cuerpo está formado por un 99% de agua, cuando nacemos de un 90%, y en el transcurrir de la vida en un 70%. Esto nos indica la importancia que tiene en nuestra composición orgánica.
Así es como podemos hacer del agua un vehículo fundamental como soporte terapéutico.
¿Como podemos mejorar nuestra calidad de vida?
Purificando el agua que constituye un 70% de tu cuerpo. El agua de un río permanece pura porque está en movimiento, cuando el agua se estanca, pierde sus propiedades. Por lo tanto, el agua debe estar en circulación constante. El agua (también la sangre) en el cuerpo de las personas enfermas suele estar detenida, cuando la sangre deja de fluir, el cuerpo comienza a deteriorarse.
Del mismo modo, el estancamiento de emociones o de cualquier energía mal implementada, no drenada, o con una descarga insuficiente, colaboran en la aparición de la enfermedad. La liberación de esta energía circulante y de las emociones contenidas y retenidas, permiten renovar su curso natural.
Agua + Sonido + Energía
En este sentido, Los Cuencos son “instrumentos facilitadores” ya que su vibración, sonido y transmisión por la onda propagada a través del agua, producen un efecto de relajación que, acompañado por un estado meditativo profundo, ayudan a reestablecer la vibración apropiada y saludable en todo nuestro organismo.
La vibración y el sonido de los cuencos utilizando el agua como canal vibratorio, genera un estado de relajación profunda. Y en este estado de relajación profunda, aquello que se encuentra cristalizado o estancado, tiene la posibilidad de comenzar a fluir.
Nuestros órganos, tejidos y células, todo en nuestro cuerpo tiene un sonido propio que vibra en una frecuencia determinada.
El sonido es de fundamental importancia para armonizar el sistema nervioso central, equilibrar los hemisferios cerebrales y reordenando la materia, desde la célula más pequeña, hasta nuestro cuerpo magnético.
Tanto el sonido como la vibración, trabajan directamente sobre la mente (pensamientos) y las emociones, como así también lo hacen sobre la información celular.
El sonido de estos instrumentos producen, por un efecto llamado “resonancia”, la armonización del propio sonido interno.
La vibración ejerce un poder armonizador de aquellas frecuencias inarmónicas que causan enfermedades, malestares, desequilibrios y bloqueos en nuestro campo energético, físico, mental y espiritual.
Las ondas sonoras emanadas son formas en las que se propaga la energía en su pura manifestación, alcanzando un efecto de barrido y eliminación de patrones rigidizados o cristalizados que se localizan en los diferentes campos físico, mental, emocional o espiritual.
Terapéutica:
- Se trabaja con el paciente en una pileta graduada a una temperatura especialmente climatizada, sostenido por elementos de flotación, sin requerir esfuerzo alguno.
- La frecuencia sonora y vibratoria se evalúa en cada caso de acuerdo al motivo de la consulta.
- La Duración de la sesión es de 1hs
- Las sesiones pueden ser individuales o grupales según los casos.
- Los pacientes deben asistir con traje de baño cómodo.